Desde hace mucho años, incluso antes de que Begoña ganara el programa televisivo Top Chef, ya tenía muchas ganas de ir a su restaurante en Valencia (Carrer de Sèneca, 12).
No me defraudó, La Salita es un restaurante para disfrutar con los 5 sentidos y degustar los espectaculares platos. Sabores explosivos, texturas diferentes, toques valencianos y presentación excelente en un espacio íntimo y muy exclusivo.
En la cocina siempre debemos innovar, y sobre todo acoplarnos a lo que tenemos en casa. A mi me encantan los tomates Cherry pero más aún si están pochados calentitos, y busqué recetas para hacer así, en internet puedes encontrar mil, y me decidí por una que llevaba anchoas. A partir de ahí la personalicé como a mi me gusta, añadiendo champiñones, un básico para todos mis platos de pasta y pizza. Además, justo acababa de ir a comprar y la burrata siempre le da un toque especial.
La receta muy sencilla, mientras que se hace la pasta, en una sartén pones los champiñones y los cherrys y vas controlando el fuego. Luego añades la pasta (a mi ahora me gusta mucho usar la integral y de la marca DeCecco italiana), un poco de albahaca fresca o en especias, y por último las anchoas y la burrata (no remováis mucho a partir de aquí si queréis que esté más entero ya que las anchoas y la burrata enseguida se deshacen, aunque también está bueno). Y voilà ! Unos espaguetis sanos y muy sencillos.
En mi último viaje a Suiza, fuimos a visitar una pequeña ciudad situada en el cantón de Friburgo: Grùyeres. Y sí, exacto, seguro que lo primero que os ha venido a la cabeza es el queso Grùyere al que se debe su nombre por fabricarse desde hace mucho tiempo en esta región.
La primera inmersión en este lugar fue la visita a la fábrica de queso, sin duda, lo tienen muy bien organizado con audio guías en todos los idiomas y con unos paneles explicativos que te van acercando a lo largo de todos los tiempos, como surgió la fabricación del queso y todos los procesos que conllevan, así como muy importante lo que comen las vacas de la zona que luego influye en el sabor del queso.
Una cosa fundamental para que el tour en la fábrica sea atractivo es realizarlo de forma audiovisual, y además de contártelo como comentaba, también es un punto imprescindible el poder ver en persona todo el proceso de la fábrica.
Los visitantes acceden a unos pasillos superiores donde se visualiza desde arriba toda la maquinaria y el proceso de fabricación del queso Grùyere. Los trabajadores limpian constantemente todos los elementos, como se cuaja en la cuba y después se rellenan los moldes donde se marcarán y continuarán con todo el proceso.
Además, te obsequian con una degustación de quesos Grùyere para que los puedas disfrutar y probar mientras que conoces su fabricación.
Pero lo que realmente me dejó fascinada es la pequeña aldea medieval fortificada de Gruyères con unas vistas impresionantes a los Alpes y su imponente Château de Grùyeres.
Para los amantes del queso no os podéis ir sin pedir una raclette o una fondue en algunos de los restaurantes de la misma plaza central.
Por la tarde, fuimos a La Fábrica de Chocolate de Cailler se encuentra en la pequeña localidad de Broc, muy cerca de Grùyeres.
Nada más llegar os encontraréis con un histórico edificio que preside la fábrica de los tradicionales Chocolates Cailler.
En este lugar los apasionados del chocolate disfrutarán desde el primer momento, ya que es una visita muy experiencial. El tour está muy teatralizado, por lo que la visita con los más pequeños seguros que les encanta, y los adultos conocerán toda la historia del chocolate y que la compañía Cailler es la más antigua marca de chocolates de Suiza que aún se mantiene. Fue fundada en 1819 por Francois Louis Cailler, y en 1929 se integró en el grupo Nestle.
Durante la visita conocerás curiosidades sobre este producto tan preciado para muchos, así como, su proceso de producción incluso podrás experimentar con los 5 sentidos el propio cacao y todos los ingredientes que se usan para fabricar el chocolate y los bombones.
Y para que te vayas con un buen sabor de boca… podrás disfrutar de una degustación de chocolates y bombones que se elaboran en Cailler, no podrás dejar de probarlos todos!
Estamos en estado de alarma como si estuviéramos en una guerra, no podemos salir de casa, pero en este caso no hay bombas que pueden caer en cualquier momento … esta guerra no es como la que pasaron nuestros abuelos, en esta no vemos venir al enemigo, porque el virus es invisible y puedes tenerlo, y contagiar sin tener síntomas a los que más quieres, por eso lo único que nos piden es quedarnos en casa, mientras miles de valientes, sanitarios, cuerpos del estado, dependientes, transportistas y limpieza deben salir cada día a la batalla, por todos nosotros.
Y nosotros nos quedamos en casa, repletos de tecnología, el móvil, el portátil, la tablet… todo son ventanas más abiertas que la de tu salón, pero no es lo mismo…
Vivimos en la era digital, estamos pegados al portátil todo el día, al móvil hasta cuando salías a correr, en las reuniones pendiente de las notificaciones…. Y ahora son lo único que tenemos como conexión al exterior. Estamos más digitalizados que nunca… las plataformas nos acercan la actualidad al minuto a la vez que te ofrecen millones de alternativas de entretenimiento, las redes sociales nos demuestran que nuestros sentimientos son comunes al resto y cómo lo están viviendo en estos momentos de confinamiento, las videollamadas nos han abierto los ojos a nuevas posibilidades para reunirnos, puedes juntarte con esos 10 amigos que antes era imposible por motivos de agenda y ahora todo el mundo tiene tiempo…
Pero quizás cuando esto acabe… aprendemos a vivir más, a vivir mejor.
Nos habremos dado cuenta que las pantallas son muy frías, y preferimos el calor humano. Dejaremos nuestros móviles en el bolso y disfrutaremos de las reuniones familiares, de los conciertos sin grabarlos, de las risas con los amigos, del paisaje con su brisa y del sofá con la persona que amas… para vivir el verdadero directo.
Ahora que nos hemos dado cuenta de lo que nos estábamos perdiendo…
Este blog nace en tiempos del confinamiento por el COVID19. Cuando nos obligan a quedarnos en casa se despierta en uno mismo la faceta creativa, y hacer cosas que nunca tenías tiempo de hacer. Siempre nos estamos quejando que no tenemos tiempo para nada, y vamos aparcando cosas para más adelante y ahora, ¡tenemos mucho tiempo!
Y hay que aprovecharlo… Debemos realizar todo lo que siempre estábamos dando vueltas, da igual que sea ordenar el armario zapatero que nos llevábamos las manos a la cabeza cada vez que no encontramos el zapato que queremos, o enfrentarte a un curso de Excel para entender por fin las fórmulas y dejar de usar solo los colores, ver series y leer en inglés para seguir mejorando este idioma o incluso usar la brocha gorda y pintar la terraza…
Da igual lo que sea, cada uno tendrá sus inquietudes, pero ahora que la tierra ha dicho basta y se ha parado el mundo, vamos a pensar y aprovechar esta etapa de nuestra vida para realizar lo que siempre tenemos en la cabeza. Ya hace tiempo que me rondaba tener mi propio blog, una web dónde poder escribir todas esas cosas que nos preguntamos, ¿Qué te pones en el pelo para tenerlo tan brillante? y un restaurante diferente para ir con mi chico?, ¿y en plan amigas?, últimas series que estáis viendo que se me están acabando las ideas… pero esa está en Netflix? lástima que no tengo Movistar, pero HBO sí y en Amazon Prime?…
La verdad que mi madre siempre me decía que tenía que hacer algo así, me gusta escribir, investigar y aconsejar, y todo lo puedo canalizar a través de aquí… y ya sabéis que de adolescentes no les hacemos caso a las madres, pero cuando creces, sabes que siempre tienen razón. Por ella empecé mi carrera profesional con buen pié, y por eso no podía dejar de hacerle caso y perseguir mis sueños…